Livestock Research for Rural Development 12 (2) 2000 | Citation of this paper |
Se estudió y evaluó la técnica de amamantamiento restringido (AR), comparado con el sistema de cría tradicional (AT) predominante en la región. Se utilizaron 10 vacas de la raza Normandy, recién paridas con sus correspondientes crías, bajo condiciones similares de manejo durante un período de 112 días. En el sistema de AR, una vez se produce la bajada de la leche por estímulo del ternero, las vacas se ordeñan a fondo; finalizado el ordeño se permitia a cada ternero mamar durante 15 minutos, luego se apartaron y se amarraron a una estaca con un lazo de 2m de largo en un potrero de Kikuyo (Pennisetum clandestinun), garantizando una permanente rotación y facilitando el manejo del ternero en forma económica. Cada ternero se suplementó con un concentrado comercial, sal mineralizada (10% de fósforo) y agua a voluntad, permaneciendo en el sitio de amarre hasta el día siguiente cuando se realizaba el nuevo ordeño (6.30 a.m.). El concentrado comercial contenía 20% de proteína y fue ofrecido a nivel de 100, 200, 300 y 400 g/ternero/día para el primero, segundo, tercero y cuarto mes de edad. En el amamantamiento tradicional (AT), las vacas fueron estimuladas por los termeros para que se produjera la bajada de la leche, se ordeñaban a fondo tres de los cuatro cuartos, dejando un cuarto sin ordeñar para que fuera consumido por el ternero. Terminado el ordeño se juntaban la vaca con el becerro en un potrero comunal, permaneciendo desde las 6:30 am hasta las 13:00 horas, momento en el cual se apartaban los terneros y eran llevados a un potrero de Kikuyo de regular calidad, con acceso al agua y sal mineralizada a voluntad.
No se encontraron diferencias significativas entre tratamientos para ganancia de peso y alzada de los terneros. Tampoco se presentaron diferencias para intervalo parto - primer celo ni para condición corporal en las vacas, pero sí para producción de leche vendible a favor del AR, incrementándose la productividad por vaca en un 52%.
A comparison was made of the two production systems: restricted suckling (AR) and traditional management (AT), which is predominant in the Andean region in Colombia. Ten recently calved cows (Normandy breed) were allocated at random to the two treatments. In the AR system the calves were used to stimulate milk "letdown". The cows were then milked completely by hand after which the calves were allowed to suck all four quarters for a period of 15 minutes. Cow and calf were then separated, the calf being tethered in a "Kikuyo" (Pennisetum clandestinun) pasture with daily rotation of the area (defined by the length of the tether which was 2m). A concentrate supplement was given in quantities increasing from 100 to 500 g/day with 100 g increments each month. In the traditional system, the calf was used to stimulate "letdown", only three quarters of the udder were milked, one quarter being left for the calf. After milking the cow and calf went together to a communal pasture from 6.30am to 13.00pm, at which time the calves were separated and put together in a pasture of Kikuyo with free access to water and salt.
There were no differences between treatments for gain in liveweight and withers height of the calves; and for interval from calving to first oestrous and body condition scores for the cows. Saleable milk was increased by 52% for the AR treatment.
En Colombia, los sistemas ganaderos se caracterizan en sus perfiles tecnológicos por una marcada segmentación en sus niveles de producción y productividad asociada a la dotación y al manejo de los recursos naturales y el ambiente. A pesar de esta segmentación, se observa una brecha tecnológica generalizada cuando se analizan sus potencialidades y los patrones internacionales de competitividad. Muchos sistemas ganaderos se han desarrollado en ecosistemas frágiles (trópico alto; márgenes de bosque) los cuales presentan efectos ambientales negativos (CORPOICA 1998). En un estudio realizado por la Universida Nacional y CORPOICA (1994), al caracterizar los sistemas de producción en la región de Barragán y Santa Lucía (Tuluá-Valle), se encontraron bajos índices productivos (4.2 a 3.7 litros de leche/vaca/día), relacionados con una inadecuada orientación tecnológica, reflejada en el mal manejo de los suelos y praderas dando origen a una baja disponibilidad de forraje y la consecuente necesidad de ampliar el área de potreros, interviniendo los ecosistemas de bosque y páramo. En el manejo animal se encontraron problemas en la cría de terneros y en la nutrición de las vacas.
Con base en lo anterior, se planteó la introducción del amamantamiento restringido como una alternativa en el proceso de tecnificación del sistema de producción ganadera doble propósito en esta región alto andina. La cría de los terneros constituye la etapa inicial y básica para el desarrollo de la ganadería productiva. La cría tradicional en hatos de doble propósito se hace con la presencia del ternero junto a la vaca antes y durante el ordeño para estimular la bajada de la leche y su permanencia después del mismo para consumir la leche que le dejan los ordeñadores, con cantidades variables según la edad y necesidad. El tiempo de permanencia del ternero junto a la vaca va de una a doce horas y es inversamente proporcional a la edad del ternero. El destete coincide con el secado de las vacas, después de los seis meses, traduciéndose esto en un pobre comportamiento productivo del sistema.
La cría por amamantamiento restringido se basa en la cantidad de leche residual que permanece en la ubre después de un buen ordeño; sólo el ternero es capaz de extraer la cantidad de leche residual que varía entre el 15 - 20% (Ugarte y Preston 1976). Una ventaja del sistema de cría por AR es que la leche consumida por el ternero pasa directamente al abomaso, sin pérdidas, representando la fuente más eficiente de proteína de alta calidad, además de precursores de glucosa (Preston y Leng 1990).
CORPOICA (1998) ha propuesto dos protocolos para el manejo de la hembra con el fin de reducir el anestro postparto: el amamantamiento restringido y la reducción temporal de amamantamiento. Con el método de AR se incrementó la presencia de las vacas en celo en un 33% y las preñeces en un 12.5%; con la interrupción temporal del amamantamiento el porcentaje de preñez se incrementó en un 19%. En las fincas doble propósito y cría aplicando el protocolo de AR, se aumentaron el porcentaje de preñeces a los cuatro meses postparto, entre el 11% y el 12.5%, sin afectarse el peso corporal del ternero.
El presente trabajo de investigación se diseñó con el propósito de evaluar el AR, con los siguientes objetivos :
El trabajo se realizó en la finca La Siberia, localizada en el corregimiento de Santa Lucía, al noroeste de Tuluá (Valle), a una altura de 2970 msnm, con oscilaciones entre los 2400 hasta los 4200 msnm. La precipitación promedio anual es de 2970 mm, con un régimen pluviométrico bimodal con lluvias de marzo a mayo y de octubre a diciembre, y dos épocas secas de enero a febrero y de junio a septiembre. La temperatura varía entre los 6 a 14°C correspondiendo a un piso térmico frío seco y de páramo (CORPOICA 1994).
Se utilizaron 10 vacas próximas al parto de la raza Normando, las cuales se fueron introduciendo en el ensayo a medida que iban pariendo. No se tuvo en cuenta su producción histórica, ni el número de lactancia.
Los tratamientos consistieron en:
El AR es definido así; una vez se produce la bajada de la leche por estímulo del ternero, las vacas se ordeñan a fondo; finalizado el ordeño se permitia a cada ternero mamar durante 15 minutos, luego se apartaron y se amarraron a una estaca con un lazo de 2m de largo en un potrero de Kikuyo (Pennisetum clandestinun), garantizando una permanente rotación y facilitando el manejo del ternero en forma económica. Cada ternero se suplementó con un concentrado comercial, sal mineralizada (10% de fósforo) y agua a voluntad, permaneciendo en el sitio de amarre hasta el día siguiente cuando se realizaba el nuevo ordeño (6.30 a.m.). El concentrado comercial contenía 20% de proteína, 3% de grasa, 9% de fibra y 10% de cenizas. La oferta fue de 100, 200, 300 y 400 g/ternero/día para el primero, segundo, tercero y cuarto mes de edad, del quinto mes en adelante se estabilizó en 500 g.
En el amamantamiento tradicional (AT), las vacas fueron estimuladas para que se produjera la bajada de la leche, se ordeñaban a fondo tres de los cuatro cuartos, dejando un cuarto sin ordeñar para que fuera consumido por el ternero. Terminado el ordeño se juntaban la vaca con el becerro en un potrero comunal, permaneciendo desde las 6:30 am hasta las 13:00 horas, momento en el cual se apartaban los terneros y eran llevados a un potrero de Kikuyo de regular calidad, con acceso a agua y sal mineralizada a voluntad.
Las variables medidas en las vacas fueron:
El análisis estadístico se hizo bajo un diseño completamente al azar, siendo los variables los tratamientos y el error. Se utilizó la prueba de Duncan para detectar diferencias entre tratamientos para leche vendible y condición corporal. La ganancia de peso de los terneros se ajustó mediante regresión lineal.
Las vacas en AR presentaron un intervalo de 39±11.6 días y las de AT de
51.6±14.2 días. Según Margerison (1991) el amamantamiento estimula la
involución del útero completándose aproximadamente a los 30 días postparto.
Recientemente CORPOICA (1998), ha desarrollado y propuesto un protocolo
encaminado a reducir el anestro postparto en la hembra bovina, se reporta un
incremento del 33% de vacas en celo y de preñeces en un 12.5%, sin causar
efectos negativos en el peso corporal del ternero, al aplicar el protocolo
basado en AR en fincas doble propósito. En el presente trabajo se disminuye el
intervalo en un 23.6% con relación al AT, reflejándose en una mejora en el
porcentaje de preñeces tempranas.
Condición corporal
Tanto las vacas en AR como en AT presentaron una calificación de condición
corporal al parto, muy similar (3.6 ± 0.18), no se detectaron diferencias
significativas entre AR y AT a los 0, 15, 30, 45, 60, 75, 90 y 105 días
postparto, pero finalizando a los 112 días postparto sí se encontraron
diferencias a favor del AR (3.5 ± 0.15) comparado con el AT (2.8 ± 0.12).
Según Ferguson (1996), las vacas con una buena condición corporal, presentan
calificaciones cercanas a 3.0. En un extenso estudio realizado en el
trópico, Margerison (1991) concluyó que una buena condición corporal está
cercana a 2.5 en la primera fase de la lactancia en vacas de la raza Lucerna.
Posteriormente Meléndez y Sandoval (1994) reportaron valores de 2.43 ± 0.07 a
2.62 ± 0.37 en vacas sometidas a AR sin afectar el comportamiento productivo y
reproductivo de las mismas. Se ha encontrado que existe una alta correlación
entre condición corporal y la Hormona Luteinizante (LH). Si disminuye la
reserva corporal de energía se disminuye la liberación de GnRH en el
hipotálamo y en consecuencia de LH, afectando su frecuencia de liberación
(Margerison 1991). Es bien conocido que para iniciar los ciclos estrales
postparto se requiere de un incremento en la liberación de la LH, explicando
así el mejor comportamiento de las vacas en AR.
La mejor condición corporal de las vacas en AR son atribuidas parcialmente a las mayores ganancias de peso al estar en el potrero sin el ternero. El mayor tiempo de pastoreo debería resultar en un mayor consumo de materia seca de las vacas en AR comparado con vacas en AT con el ternero al lado.
Hubo diferencias (P< 0.01) entre AR y AT en la producción de leche vendible, con valores de 8.75 ± 0.09 y de 5.53 ± 0.05 kg/vaca/día, respectivamente (Figura 1). Esto equivale a una productividad adicional del 52.2% a favor del AR. El mejor vaciado de la ubre el extraer la leche residual, que induce a una mayor tasa de secreción y de eyección de leche y la liberación de la leche que antes consumía el ternero en el AT, son las causas de este aumento en producción de leche vendible (Ugarte y Preston 1972). La mejora notoria de la eficiencia de la productividad del sistema de producción doble propósito, con esta sencilla tecnología, sorprendentemente no se ha generalizado en su adopción por los productores en la región. Diferentes factores de orden cultural y socio-económico influyen sobre tal situación, como por ejemplo la falta del incentivo salarial para retribuir el trabajo adicional del ordeñador para extraer manualmente un 52.2% más de leche que antes extraía el ternero.
En las vacas sometidas a AR, la cantidad de leche residual obtenida fue de
1.8 kg/vaca/día en promedio, estimándose un total de 202 kg/vaca para el
período de 112 días analizado, la cual equivale a un 17.1% de la leche total.
Se suponía que la leche residual, determinada a través de una inyección de
oxitocina, reflejaba lo que tomaba el ternero en el sistema AR. Con un
consumo de 1.8 kg/ternero/día de una leche con una alta concentración de
grasa, y excelente calidad microbiológica, suplementado con una pastura
de buena calidad y reforzado con una pequeña cantidad de concentrado comercial
se tiene un buen sistema de cría de terneros, apropiado para las condiciones
predominantes en el trópico alto andino. No fue posible medir la cantidad de
leche consumido por los terneros en el tratamiento AT ya que ellos permanecieron
con sus madres durante 6 horas.
Calidad de la leche
En el análisis físico-químico de la leche realizado al inicio y al final de estudio se encontraron valores en general normales de 2.71 ± 0.63% de grasa; 3.34 ± 0.31% de proteína; 1.0339 ± 0.00014 kg/litro de densidad y 1.64 ± 0.0066% de acidez en la leche de las vacas en AR; para el AT los valores fueron de 2.26 ± 0.57; 3.18 ± 0.53; 1.0344 ± 0.0019 kg/litro y 0.173 ± 0.17%, respectivamente. No hubo diferencias significativas entre los tratamientos. En la leche residual el contenido de grasa fue del 10.3% y de proteína de 3.14%. El alto contenido de grasa en la leche residual expliqua el buen comportamiento de los terneros criados por AR, reportándose mayores eficiencias en la conversión alimenticia, que ha sido bien documentado en la literatura mundial en sistemas de crianza artificial (Roy 1972; Margerison 1991).
No se presentaron casos de mastitis tanto en AR como en AT, aspecto muy favorable y suficientemente documentado en los sistemas doble propósito donde se hace la crianza de los terneros en forma natural. Al diseñar estrategias para el control integral de la mastitis y la calidad de la leche, el AR es fundamental desde el punto de vista de la sostenibilidad. Diferentes autores han estudiado y analizado las causas de la menor incidencia de mastitis encontrando que la mejor extracción de la leche incluida la residual, la presencia de enzimas bacteriostáticas en la saliva del ternero, la acción de masaje en la ubre actúan sinérgicamente y reducen drásticamente esta enfermedad causa de enormes pérdidas en las lecherías especializadas (Arango1988; Rigby et al 1976; Pérez et al 1972).
Las curvas de crecimiento para los terneros fueron muy similares (Figura 2),
siendo los promedios para la ganancia diaria de peso vivo de 643 g/día para AR
y 637 g/día para AT. La alzada de los terneros medida a la altura de la cruz
fue de 92.6 ± 2.01 cm para los de AR y de 94.8 ± 1.24 cm. para AT a los 112
días de edad. Estos resultados permiten afirmar que con una dieta básica de
pastos de buena calidad suplementando con leche residual y pequeñas cantidades
de concentrado las ganancias de peso son aceptables y permiten destetar terneros
con pesos semejantes a los alcanzados por el sistema tradicional (Arreaza y
Murgüeitio 1988).
Se encontró un consumo promedio de 0.267 kg/ternero/día de concentrado comercial y de 0.065 kg/ternero/día de sal mineralizada, durante los 112 días del experimento, en los terneros criados por AR. Se detectaron dificultades de orden práctico para el suministro del suplemento iniciador. Al principio el consumo fue muy bajo, hubo que humedecerlo con leche para facilitar su consumo voluntario, hasta alcanzar el consumo deseado, que se logró aproximadamente a los 30 días de edad. La suplementación con un concentrado iniciador es esencial en la cría por AR; hay una sinergia favoreciendo el rápido desarrollo de la rumia y por lo tanto de mayor consumo de pasto de alta calidad.
En los terneros del AT se presentó una alta infestación de Haemonchus y de Eimeria, y mediana de Bunostomun. En los de AR la carga parasitaria fue relativamente baja. Esto se explica parcialmente por las diferencias en el manejo del pastoreo. En el AT, los terneros se encuentran mezclados con las vacas adultas y en potreros comunes sin rotación de ellos. La notoria disminución de la infestación de parásitos internos es una ventaja adicional del AR.
Los autores presentan sus agradecimientos a los propietarios y administradores de la hacienda Siberia, a la cooperativa de Agricultores y Ganaderos de Barragán y Santa Lucía (COAGALBASA) y al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia y su Programa Nacional de Transferencia de Tecnología Agropecuaria (PRONATTA), por las facilidades dadas para la realización de este trabajo.
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