Livestock Research for Rural Development 12 (1) 2000 | Citation of this paper |
Some Latin-American countries do not use animal excreta to feed ruminats. An experiment was carried out to study the feasibility to feed Pelibuey ovines with high levels of pig manure and poultry manure in their diet during the finishing period. Emphasis was made to evaluate their productivity, health, body composition and copper in the liver. Fifteen animals with 22 months age and 20.7 kg body weight were fed 31 days a feed based on pig manure and then 28 days with a poultry manure based diet. After slaughter, the internal organs and the kidney fat were recorded. The left carcass was divided into neck, thorax, abdomen, arm and leg. Each part was dissected into soft tissues and bone. Daily weight gain (0.155 kg), carcass yield (41.8%), the proportion of each part of the left carcass and the ratio of soft-to-bone tissue, were found to be normal in comparison with other reports. Copper in the liver was also found to be in a normal range. Animals remained healthy during the experiment. It is concluded that, in the conditions of the present experiment, pig and poultry manure were suitable and safe ingredients to be incorporated in sheep diets since they did not affect in a negative way their productivity or health.
Algunos países latinoamericanos no utilizan las excretas animales para alimentar
rumiantes. Se llevó a cabo un estudio con el objetivo de estudiar la factibilidad de
alimentar ovinos Pelibuey durante la finalización de su engorda con niveles elevados en
la dieta de cerdaza y pollinaza, midiendo el impacto sobre su productividad, estado de
salud, composición corporal y la presencia de Cu en el hígado. Se utilizaron 15 borregos
con una edad de 22 meses y un peso inicial de 20.7 kg. Los animales permanecieron durante
31 días consumiendo una alimentación basándose en cerdaza y 28 días la alimentación
se basó en suministro de pollinaza. Después de su sacrificio, se pesaron las vísceras y
la grasa perirenal. La canal izquierda, fue subdividida en las siguientes regiones:
cuello, tórax, abdomen, brazo y pierna. Se disecó cada parte en tejido blandos y hueso.
La ganancia de peso (0.155 kg), el rendimiento en canal (41.8 %), la proporción de cada
uno de los cortes y la relación entre tejido blando y hueso obtenidos, se consideran
apropiados. La concentración de cobre en hígado se encontró dentro de los rangos
normales. No se registró ningún tipo de padecimiento patológico en los animales durante
la prueba. Se concluye que, en las condiciones de este experiencia,
es factible utilizar cerdaza y pollinaza en la alimentación de borregos Pelibuey sin
afectar negativamente su productividad y manteniendo su estado de salud.
En climas tropicales en regiones donde existe producción
avícola y de cerdos, se presenta la oportunidad de usar las excretas de estos animales
como una alternativa para la alimentación de rumiantes.
Entre las excretas avícolas, la más importante es la
pollinaza; es el material resultante de la combinación del excremento producido por los
pollos en engorda, junto con la cama que se utiliza para aislarlos del piso. Actualmente
es utilizada ampliamente en México para alimentar ganado bovino, sobre todo en la
Península de Yucatán. En cambio en algunos países latinoamericanos, entre ellos
Venezuela, este recurso es poco utilizado (Rodríguez et al 1987).
Sin embargo, es importante recalcar que existen ciertos
riesgos por el empleo de ambas excretas. El más importante es el peligro sanitario para
algunas especies animales y para el mismo hombre; ya que es natural que las excretas
contengan una cantidad elevada de bacterias y hongos. Entre los animales, el mayor riesgo
es para las propias aves, ya que la pollinaza puede diseminar coccidiosis u otras
enfermedades muy importantes, como la influenza aviar. En el hombre ocasionan irritación
de nariz, garganta, ojos y problemas respiratorios, además de otras afecciones. Por lo
tanto, se deben tener precauciones para evitar estos riesgos. Esta elevada presencia de
microorganismos en las excretas no se considera en cambio como un peligro para la salud de
los rumiantes que la consume; ya que las condiciones de la fermentación que prevalecen en
el rumen resultan ser adversas para al supervivencia de los microorganismos.
Finalmente también representa un riesgo que las excretas
contengan un importante nivel de cobre (Cu). Si bien este mineral es necesario para los
rumiantes, en exceso puede ser tóxico. En promedio la pollinaza de Yucatán contiene
aproximadamente 150 ppm de Cu (Moguel et al 1990b) valor que coincide por lo reportado por
otros autores (Fontenot y Webb 1974). En cuanto a la cerdaza este contenido es mayor,
oscilando entre 300 y 700 ppm (Flachowsky y Henning 1990). Los ovinos son más
susceptibles a intoxicarse por un exceso de cobre en la dieta (NRC 1985), en comparación
con los bovinos ya que su nivel máximo de tolerancia es de 25 ppm de Cu en la dieta y en
cambio los bovinos toleran hasta 100 ppm (NRC 1996). Cuando se presenta un exceso de cobre
alimentario se almacena en el hígado. En un momento de estrés, es liberado produciendo
un estado de ictericia y debilidad. La orina adquiere un tono café, debido a la
hemoglobina liberada por la destrucción de los eritrocitos. La muerte sobreviene de 1 a 4
días después de haberse presentado los primeros signos (Blood et al 1987).
Con base en lo anterior, el objetivo del presente trabajo
fue de estudiar la factibilidad de alimentar ovinos Pelibuey durante la finalización de
su engorda con niveles elevados de cerdaza y pollinaza, midiendo el impacto sobre su
estado de salud, su composición corporal y la presencia de Cu en el hígado.
Se utilizaron 15 borregos de raza Pelibuey con una edad promedio de 22 meses y un peso inicial de 20.7 kg. Los animales permanecieron instalados en jaulas individuales durante todo el experimento, el cual tuvo una duración de 59 días. Se utilizaron dietas balanceadas elaboradas con cerdaza y pollinaza. La composición de las dietas se presenta en la Tabla 1.
Tabla 1: Composición
de las dietas utilizadas para alimentar borregos Pelibuey |
||
Ingrediente |
Dieta con cerdaza | Dieta con pollinaza |
Cerdaza | 28.2 |
- |
Pollinaza |
- | 38.0 |
Maíz |
- | 24.1 |
Sorgo |
21.7 |
- |
Heno de pasto |
22.7 |
- |
Olote de maíz |
- | 10.0 |
Salvado de trigo |
- | 9.6 |
Pasta de soya |
6.3 |
9.2 |
Melaza de caña |
16.9 |
7.5 |
Ácido grasos |
3.2 |
- |
Carbonato de calcio | - | 0.7 |
Sal común |
1.0 |
0.6 |
Premezcla Vit. A,D,E |
0.03 |
0.05 |
Las excretas, fueron analizadas para conocer su contenido en materia seca y valor nutricional empleando métodos de análisis convencionales (Tejada 1992) (Tabla 2).
Tabla 2: Análisis quimica de las excretas (en % base seca) | ||
Dieta con cerdaza | Dieta con pollinaza | |
Materia seca, % | 73.5 | 92.0 |
Proteina cruda, % | 27.6 | 16.0 |
Materia mineral, % | 12.6 | 15.1 |
Calcio, % | 2.54 | 2.90 |
Fósforo, % | 1.69 | 1.81 |
Cobre (en ppm) | 274 | 214 |
. Las dietas también fueron analizadas (Tabla 3).
Tabla 3. Valor nutricional de las dietas utilizadas ( base seca) | ||
Nutrimento |
Dieta con Cerdaza |
Dieta con Pollinaza |
Materia seca (%) |
81.5 | 89.1 |
Proteína cruda (%) |
13.2 | 15.0 |
Energía Metabolizable (Mcal/kg)(Calculado) |
2.39 | 2.53 |
Fibra cruda (%) |
12.9 | 10.0 |
Calcio (%) |
1.2 | 1.4 |
Fósforo (%) |
0.8 | 0.9 |
Cobre (ppm) |
74.0 | 87.0 |
La dieta con cerdaza fue suministrada durante los primeros
31 días, los 28 restantes se les administró a los animales la dieta basada en
pollinaza.
Las variables obtenidas fueron analizadas para conocer el
promedio y la desviación estándar. Finalmente se llevó a cabo un análisis de
regresión (Snedecor y Cochran 1990) entre el peso al sacrificio, la cantidad de tejido
blando y la cantidad de grasa perirenal de la canal izquierda.
Durante el período de mediciones los animales tuvieron una ganancia diaria de peso
promedio de 0.155 kg la cual se considera apropiada al relacionar el consumo de energía
de estos animales con sus necesidades (Solis et al 1991). No se registró ningún tipo de
padecimiento patológico en los animales durante la prueba.
La composición proximal de las excretas utilizadas (Tabla 2) se consideró dentro de
los parámetros normales para este tipo de materiales. En contenido de cobre de la cerdaza
(274 ppm) fue elevado en comparación con lo reportado por otros autores (Flachowsky y
Henning 1990), lo mismo que el contenido de cobre de la pollinaza
(214 ppm) (Moguel et al 1990b).
Los resultados de la composición
corporal de los animales se encuentran en la Tabla 4.
Tabla 4. Composición corporal de borregos Pelibuey sometidos durante 59 días a una alimentación con excreta animal (cerdaza y pollinaza) n=15 |
||
Variable |
Media, kg |
Desviacion estandar |
Peso al sacrificio |
29.9 |
3.15 |
Peso de la canal caliente |
12.5 |
1.88 |
Peso vivo vacío
(n=9)a |
23.9 |
2.4 |
Rendimiento
comercial, %b |
41.8 |
2.6 |
Rendimiento
verdadero, %c |
49.7 |
2.7 |
Tracto digestivo
lleno |
7.42 |
0.21 |
Tracto digestivo
vacío |
2.50 |
0.45 |
Grasa Perirenal |
0.279 |
0.109 |
Hígado |
0.528 |
0.107 |
Riñón |
0.086 |
0.015 |
Cabeza |
1.97 |
0.15 |
Piel |
2.41 |
0.36 |
a Calculado restando al
peso vivo, el contenido del tracto digestivo. |
El rendimiento comercial y el verdadero de animales fueron
mayores a los informados para ovinos de raza Blackbelly (Cantón et al 1992) y a los
encontrados en borregas Pelibuey (Martínez et al 1987) alimentados con dietas
convencionales. La causa de esta situación puede deberse primeramente a que la raza
Blackbelly es más longilinea y con poca capacidad cárnica; en el caso de las borregas,
también son más longilineas y magras que los machos. En cambio el rendimiento encontrado
en este trabajo fue inferior la compararse con los obtenidos con machos castrados
(Martínez et al 1990, García et al 1998), o con animales cruzados de Pelibuey con
Blackbelly (Cantón et al 1992).
El contenido de grasa perirenal es un reflejo de grado de
engrasamiento general de los animales. Expresándolo en porcentaje del peso, en este
estudio se encontró un 0.93% (Tabla 4), el cual es inferior al informado para machos
castrados de la misma raza (Martínez et al 1990, García et al 1998). Esto se debe a que
la castración de los animales induce al mejor terminado de sus canales.
Tabla 5. Rendimiento de los cortes de la canal izquierda de borregos Pelibuey alimentados durante 59 días con excreta animal (cerdaza y pollinaza) n=15 |
|||
Variable |
kg (media) |
Desviacion
estandar |
% |
Canal izquierda
completa |
7.46 |
1.06 |
100 |
Pierna |
2.15 |
0.281 |
29.0 |
Tórax |
1.9 |
0.220 |
25.7 |
Brazo |
1.37 |
0.253 |
17.6 |
Abdomen |
0.778 |
0.177 |
10.4 |
Cuello |
1.27 |
0.219 |
16.2 |
El peso de hígado fue de 0.528 ± 0.108 kg (Tabla 4), el
cual representó el 1.76% del peso vivo. Este valor porcentual es inferior al reportado
por otros autores que utilizaron niveles muy elevados de Cu en la dieta utilizando
pollinaza (Cantón et al 1994), o cerdaza (Webb y Fontenot 1975). El contenido promedio de
Cu encontrado en el hígado de los animales fue de 152 ± 44 ppm, el cual se encuentra
dentro del rango considerado como normal que oscila entre 100 y 300 ppm (Fick et al 1979).
Estos datos indican que la salud de los animales no se vio amenazada por la presencia de
este mineral en las deyecciones que consumieron.
En la Tabla 5 se destaca que los cortes de la canal
izquierda con mayores pesos son la pierna y el tórax, resultado semejante a los
informados con ovinos de pelo alimentados con dietas convencionales (Martínez et al
1987).
La Tabla 6 muestra el rendimiento en tejidos blandos y
hueso de la canal izquierda.
Tabla 6. Rendimiento de tejido blando y hueso en la
canal izquierda de borregos Pelibuey alimentados durante 59 días con excreta animal
(cerdaza y pollinaza) n=15 |
||||||
Tejidos blandos (músculo, conectivo y conjuntivo |
Hueso |
|||||
Media, kg | Desviacion estandar |
% |
Media, kg |
Desviacion estandar |
% |
|
Pierna |
1.52 |
0.217 |
31.7 |
0.628 |
0.091 |
24.2 |
Brazo |
1.02 |
0.175 |
21.3 |
0.294 |
0.030 |
11.3 |
Tórax |
0.885 |
0.229 |
18.4 |
1.020 |
0.158 |
39.4 |
Cuello |
0.821 |
0.179 |
17.1 |
0.420 |
0.099 |
16.2 |
Abdomen |
0.546 |
0.133 |
11.5 |
0.220 |
0.040 |
8.5 |
Total |
4.80 |
0.803 |
100 |
2.59 |
0.330 |
100 |
Se estableció una regresión lineal y significativa entre
el peso al sacrificio y la cantidad de tejido blando. Por cada 100 g de incremento en el
peso al sacrificio se incrementó 20.7 g el contenido en tejido blando (P<.01)
(Ecuación 1). La regresión establecida entre el peso al sacrificio y la cantidad de
grasa perirenal, fue cuadrática (P<.01) (Ecuación 2). Estos resultados indicaron que
los animales no habían llegado a su máximo desarrollo corporal y hubieran podido
sacrificarse a pesos superiores, logrando mejores rendimientos en tejidos blandos y mejor
calidad en la canal debido a un mayor engrasamiento.
Y= -1410.9 + 0.207
x
(r2= 0.67)
Y= Total de tejidos blandos en la canal izquierda, en Kg
x= Peso al sacrificio, en kg
Y= -5191 - 0.35 x + 0.000006 x2 (r2= 0.35)
Y= Total de grasa perirenal en la canal izquierda, en Kg
x= Peso al sacrificio, en kg
x2 = Peso al sacrificio al cuadrado, en kg
Los resultados obtenidos permiten concluir que borregos
Pelibuey alimentados durante cincuenta y nueve días con niveles elevados de cerdaza y
pollinaza, lograron una velocidad de crecimiento y composición corporal similar a los
rangos citados por la bibliografía, además de que estas excretas no
representaron, en las condiciones de este experiencia, un riesgo sanitario para
los animales. Es por ello que es recomendable su utilización, ya que son un recurso
valorable.
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